Para 4 personas:

- 8 huevos
- Jamón serrano
- Aceite de oliva virgen extra
- 400 grs. de espinacas
- 100 grs. de mantequilla
- 80 grs. de queso parmesano rallado
- Sal y pimienta
- Pan de molde

*Para la bechamel:
- ½ litro de leche
- 25 grs. de harina
- 20 grs. de mantequilla
- 10 grs. de aceite de oliva
- Sal y pimienta blanca
- Nuez moscada

PASO 1º:

 Limpiamos las espinacas y les damos un hervor en agua hirviendo sazonada con sal durante un par de minutos (foto 1ª). Sacamos a un recipiente con agua fría, para que mantengan su color, las escurrimos. Picamos las espinacas y las salteamos en una sartén con un trozo de mantequilla. Distribuimos las espinacas en cuatro platos (que puedan ir al horno) o mejor en cuatro cazuelitas pequeñas de barro, untadas de mantequilla.

PASO 2º:

 Para preparar los huevos, ponemos en un cuenco pequeño un trozo de film transparente. Untamos éste con aceite de oliva, cascamos un huevo dentro y lo sazonamos con un poco de sal y pimienta. Le añadimos también un poco de magro de jamón serrano muy picadito, para que le deje su aroma. Juntamos los extremos del film y hacemos un paquetito. Atamos con una cuerda o hilo bramante procurando que no quede aire en el interior y nos quede forma ovalada (foto 2ª). Hacemos la misma operación con el resto de los huevos. Ponemos una cazuela a calentar, con abundante agua. Cuando comience a hervir (debe hervir suavemente) introducimos los saquitos con los huevos y los mantenemos cociendo durante 4 minutos (para huevos medianos). La clara se cuajará y la yema nos quedará prácticamente cruda.
  Pasado este tiempo los sacamos, le cortamos con cuidado la cuerda y los colocamos de dos en dos, encima de cada cazuelita de espinacas.

PASO 3º:  

 Por último, hacemos una bechamel ligera. Para ello ponemos en un cazo la mantequilla con el aceite. Añadimos la harina y removemos con ayuda de una varilla. Incorporamos la leche caliente poco a poco, sin dejar de remover. Sazonamos con sal, pimienta y nuez moscada. Dejamos que cueza durante unos minutos para que pierda el sabor a crudo de la harina. Nos ha de quedar una bechamel ligera, si no es así, le añadimos un poco más de leche. Vertemos la bechamel por encima de los huevos cubriéndolos (foto 3ª). Espolvoreamos las cazuelas de abundante queso rallado y metemos al horno precalentado a 200 º con el gratinador encendido, hasta que la superficie nos tome un color dorado. Acompañamos las cazuelitas, de unos triángulos de pan de molde frito (foto 4ª).
 NOTA: esta forma de elaborar los huevos poché, hace que estos siempre nos queden recogidos, sin tener que utilizar vinagre. Además de esta manera, podemos aromatizar los huevos como queramos, desde jamón, trufa, ...hasta por ejemplo curry y darle otra dimensión al huevo escalfado.