MARMITA DE POCHAS CON BONITO
Hoy os presentamos un plato de esos que se denominan ahora de km 0. Con productos de temporada y de proximidad.
A finales de agosto y principios de septiembre llegan a nuestros mercados las pochas. La pocha es una alubia tierna, que se degusta fresca, por lo que no necesita remojo previo. No tiene apenas piel y es muy cremosa. No se le considera legumbre sino verdura.
En esta ocasión las hemos acompañado de otro de los reyes del verano en el Cantábrico, el bonito del norte. Hemos elaborado un marmitako sustituyendo las patatas por las pochas. El resultado espectacular, no podía ser de otra manera con tan buenos productos.
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Ingredientes (4 pers.):
- 600 grs. de pochas blancas ( peso desgranado)
- Medio kg de bonito del norte
- 2 tomates pequeños maduros
- Un pimiento verde
- Una cebolleta
- 2 o 3 pimientos choriceros
- 2 dientes de ajo
- Una cayena
- ½ vasito de vino blanco
- Sal
- Aceite de oliva virgen
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PASO 1º:
Podemos cocinar las pochas en agua o en un fumet de bonito. Dependerá de cómo nos guste el guiso, con un sabor más suave o con más sabor a pescado. Si preferimos esta segunda opción, primero elaboraremos el fumet. Para ello ponemos en una cazuela la cabeza, las espinas, pieles u otro despojo del bonito y las acompañamos con las habituales verduras, un puerro, una cebolleta, unos ajos machacados, un tomate maduro y unas ramas de perejil. Cubrimos con el doble de agua y cocemos durante 25 minutos a fuego suave espumando continuamente. Colamos y reservamos.
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PASO 2º:
Por otra parte desgranamos las pochas, las sacamos de su vaina (foto 1ª), y las lavamos bien. Para elaborar el guiso, rehogamos en una cazuela amplia (o marmita), con un chorro de aceite, la cebolleta y el pimiento verde cortados ambos al medio, y los ajos enteros, para poder retirarlos después más fácilmente. Pochamos durante unos minutos sin que nos cojan color, añadimos entonces las pochas, una cayena (si nos gusta un toque picante), los tomates y los pimientos choriceros lavados y despepitados (foto 2ª).
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PASO 3º:
Vertemos sobre el guiso un chorro de vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol. Cubrimos con agua o con el fumet unos tres dedos por encima. Tapamos y a fuego lento, desde que empiece a hervir (foto 3ª), las tenemos durante unos 35, a 40 minutos, hasta que la pocha esté blanda. No las removeremos para no romperlas, lo único que haremos durante la cocción, es desespumarlas, quitándoles las impurezas que salgan a la superficie.
Una vez cocidas las pochas, sacamos con cuidado las verduras. Retiramos la pulpa de los pimientos choriceros. |
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PASO 4º:
Desechamos la cayena y colocamos las verduras en el vaso de la batidora, con un poco del caldo cocción, la pulpa de los choriceros y alguna pocha que veamos que se ha roto. Trituramos y colamos a través de un chino o colador, sobre el guiso de pochas (foto 4ª).
Volvemos a poner la cazuela a fuego suave, y la menamos para que ligue.
El caldo nos tiene que quedar untuoso, ni muy líquido ni excesivamente denso. Ponemos a punto de sazonamiento.
Cortamos el bonito en dados grandes para que no se nos queden secos, y los sazonamos. En una sartén antiadherente con un poquito de aceite, doramos los dados de bonito a fuego fuerte unos segundos (foto 5ª). Que tomen un ligero color por fuera, pero que queden crudos por dentro. Esto potenciará su sabor. |
PASO 5º:
Apagamos el fuego de las pochas e introducimos los tacos de bonito en la cazuela. Será suficiente el calor residual para su cocción, como si fuera “una infusión”.
Servimos inmediatamente (foto 6ª). El bonito debe salir rosado, casi crudo en el centro, pero bien caliente. Si lo dejásemos cocinar en exceso nos quedaría seco.
NOTA: la pocha es una alubia tierna, por lo que su tiempo de cocción es mucho más corto que las alubias secas. Como su temporada es muy corta, se conservan congeladas, para poder utilizarse durante todo el año. Reciben este nombre por el color pálido de su vaina en el momento de la recolección. Si no podéis utilizar pochas, se pueden emplear para este plato, cualquier tipo de alubias blancas, previamente remojadas en agua de víspera.
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