SAPILLOS DE LECHE
La receta que os mostramos a continuación, es una receta elaborada a cuatro manos, con la ayuda de mi suegra.
Los sapillos de leche o repápalos, son un postre que le traían grandes recuerdos de su infancia en Extremadura. Son muy típicos de la zona, pero cada vez se hacen menos.
Ella aportó la teoría, y yo la puse en práctica, es decir ella me iba dictando cómo tenía que hacerla, mientras yo me volvía un poco loco intentando cocinar a su manera. Como pasa con las antiguas recetas y cocineras, las medidas de las cantidades de los ingredientes son a ojo: “un puñado, una cucharadita, hasta que la masa te diga”……, toda una odisea.
El resultado, para mi gusto, buenísimo, para mi suegra, no estaban tan jugosos como los que ella recordaba. Superar los recuerdos de la infancia, creo que es misión imposible.
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Ingredientes:
- 4 huevos M
- Un limón
- 3 panecillos candeal de unos días
- Canela en polvo
- 80 grs. de azúcar
- Un cucharilla de levadura en polvo
- Una pizca de sal
- Aceite de oliva suave
*Para la leche infusionada:
- Un litro de leche
- 60 grs. de azúcar
- Un palo de canela
- Piel de media naranja
- Aceite de oliva suave para freír
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PASO 1º:
Para elaborar la masa, batimos los huevos en un bol con 75 grs. de azúcar, hasta que esté bien integrada.
Lavamos bien los limones, (si no son ecológicos, mejor frotamos su piel con un cepillo, para limpiarlos de insecticidas, ceras u otros productos que les suelen poner). Secamos y rallamos su piel (foto 1ª). Solo la parte amarilla, la parte blanca amarga. Nosotros utilizamos un rallador de microplane. Una maravilla, ralla perfectamente, sin esfuerzo, sin desgarrar, ya que el acero con el que está hecho es de altísima calidad.
Mezclamos la piel rallada de los limones, una cucharadita de canela y otra de levadura Royal, con los huevos. |
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PASO 2º:
Por otra parte quitamos la corteza de los panes y rallamos la miga del pan, utilizando un rallador o mejor un robot picadora (foto 2ª).
Añadimos el pan poco a poco a los huevos, mientras vamos con un tenedor integrándolo, hasta que nos quede una masa, muy ligera.
Como la masa tiene que reposar, y durante este tiempo la miga absorberá el huevo, no nos pasaremos con la miga. Dejamos media hora reposar la masa, que el miga se empape bien (foto 3ª), para que luego los sapillos nos queden jugosos. |
PASO 3º:
Mientras reposa la masa, podemos ir elaborando la leche infusionada.
Ponemos una cazuela al fuego con la leche y 60 grs. de azúcar, a la cual le aromatizamos con una rama de canela, partida en dos y unas pieles de naranja y/o limón (sin lo blanco) (foto 4ª).
Dejamos a fuego suave hasta que hierva. Cuando hierva, retiramos del fuego, tapamos y dejamos infusionar, para que la leche se aromatice bien.
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PASO 4º:
Cuando la leche esté fría, colamos y la ponemos otra vez al fuego, para cuando tengamos hecho los sapillos esté caliente.
Una vez reposada la masa, procederemos a elaborar los sapillos. |
PASO 5º:
Ponemos un sartén al fuego con aceite de oliva suave. Con ayuda de dos cucharillas, vamos haciendo pequeños buñuelos, y vertiéndolos sobre el aceite caliente (foto 5ª).
Cuando estén ligeramente dorados por un lado, les damos la vuelta. Una vez dorados por ambos lados. Sacamos sobre papel absorbente, para que escurran el exceso de grasa (foto 6ª).
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PASO 6º:
Una vez fritos los sapillos, los disponemos en los platos de servir y vertemos sobre ellos la leche infusionada muy caliente (foto 7ª). Dejamos que se templen, dándoles la vuelta cada poco para que la leche empape los sapillos. Si nos han quedado bien, estos embeberán parte de la leche, como si se tratase de una torrija.
Podemos comerlos fríos, o templados. A mí me gustan más de esta segunda forma.
En el momento de servirlos, los espolvoreamos por encima con un poco de canela en polvo (foto 8ª).
NOTA: Hay recetas en las cuales los sapillos una vez fritos, se cuecen unos minutos en la leche, para que se empapen mejor de ella.
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